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jueves, 14 de junio de 2012

El desafío de dirigir un semanario en Villa Cañás a los 91 años

Roberto José Sales dice no ser periodista pero sí tipógrafo. Sin embargo, su pasión por la escritura y por informar las cosas que pasan en el pueblo lo llevan aún, a los 91 años, a seguir dirigiendo −como hace casi 42− el semanario El Orden que se publica todos los sábados en Villa Cañás. 
"No me gusta hablar de mí, simplemente sigo teniendo ganas de trabajar y por eso continúo al frente de El Orden. No se gana plata con esto, se sale derecho, pero es algo que no es mío, es de la gente. Incluso llega a los residentes cañaseños que están en otras provincias y también puede leerse por internet". Sales nació el 19 de noviembre de 1920 en Alcorta. Su padre fue un francés catalán que participó del Grito de Alcorta y su madre lo ayudaba en las tareas del campo. Tuvo dos hermanos varones, Rogelio y Rubén (ambos fallecidos) y una hermana de 97 años, Edelmira, reside en Capital Federal. A fines de 1921, la familia Sales emigró a Máximo Paz y al poco tiempo se mudó al incipiente Villa Cañás, que se había fundado en 1902. El titular del semanario El Orden cuenta que completó su educación primaria en la escuela Nº 178 Juan Cañás. "Pero después −abunda−, como yo era medio vago, mi padre quiso que trabajara. Y me metió en una talabartería. Pero al poco tiempo me cambió a la imprenta, donde fui aprendiendo el oficio gráfico". La historia de El Orden tiene relación con la creación de los Consejos Escolares en la provincia, en 1932. Uno de ellos −el Nº 101− comenzó a funcionar en Villa Cañas y fue designado director el escribano Adolfo Bullrich, quien a su vez creyó conveniente impulsar un periódico que diera difusión a las noticias del ámbito educativo, pero sin descuidar los distintos aspectos de la vida social, cultural y deportiva del pueblo. "Así, el 1º de septiembre de 1934 sale a la calle el primer ejemplar del semanario. En un principio se imprimían 200 ejemplares y yo me encargaba de distribuirlos. Recibía un peso todos los sábados por ese trabajo. Recuerdo que en esa época se imprimía en una impresora tipográfica Marinoni, impulsada a mano", evoca con nostalgia Sales. Hubo épocas en que la tirada llegó a 1.600 ejemplares. Hoy la cifra se redujo a unos 500, "aunque muchos lo siguen por internet", explica el experimentado profesional gráfico.