Casi un año con el Juzgado de Santa Isabel cerrado. El almanaque del Juzgado Comunal y Registro Civil de Santa Isabel quedó detenido en el 22 de abril de 2011. Ese día fue el último en que realizó su tarea la Sra. Norma Oneglia, quien se desempeñaba como secretaria del mismo. Al llegarle la jubilación dejó el cargo y la puerta del juzgado, que desde fines de 2007 carecía de Juez a cargo, se cerró tras de ella sin que designaran un reemplazante. Tras largos reclamos realizados por la Comuna de Santa Isabel por distintos medios y a diversas autoridades, finalmente, a fines de julio del año pasado, quien se desempeñaba como Juez Comunal de María Teresa se hizo cargo, también, del Juzgado y Registro Civil de Santa Isabel atendiendo los martes y jueves. Lo que en un primer momento parecía una solución, finalmente fue el generador de mayores problemas. No habían transcurrido sesenta días cuando las autoridades judiciales decidieron suspender la atención en Santa Isabel y el Juzgado quedó nuevamente cerrado. Si bien tiempo después comenzó a atender quien se desempeñaba como secretario del Juzgado de María Teresa, éste sólo lo pudo hacer por apenas dos semanas. La situación se hizo cada vez más complicada: infinidad de trámites iniciados sin certeza de su cumplimiento, falta de una autoridad tangible que atendiera los reclamos y consultas, dificultades para casarse, anotar nacimientos y fallecimientos, como así también la imposibilidad de realizar cambios de domicilio o solicitar un nuevo DNI son sólo algunos de los padecimientos por los que deben pasar los isabelenses. Actualmente, después de indefiniciones entre Murphy y Teodelina, el Juez de Paz de esta última localidad es quien está a cargo de Santa Isabel, pero como no atiende en nuestro pueblo, los trámites se deben realizar allí. A pesar de todos estos avatares, la actitud responsable del Secretario del Juzgado de María Teresa, actualmente a cargo del mismo, el Sr. Marcelo Romero, y a pesar de que se le imposibilitó continuar su labor en Santa Isabel, ha resuelto muchos intríngulis gracias a que en todo momento se mostró servicial y dispuesto a dar solución y respuesta a la ciudadanía. Mientras el polvo se acumula sobre los papeles, muebles y útiles de la sede del Registro Civil de Santa Isabel, la población aguarda resignada la llegada -quién sabe cuando- de una autoridad que abra la puerta del Juzgado y atienda sus necesidades.
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