Extraordinaria noche carnavalera en la tercera luna tras una serie de suspensiones por lluvias. La murga de Bigand, “Ladrones de Sonrisas”, brindó un show inédito en la historia del evento y se robó las palmas del público. La Marrupeña, Vista Previa, Generación Extrema, Carlos Fraile y Julián Márquez también fueron parte de la velada. El próximo domingo Los Caligaris le pondrán el moño a la décimo sexta edición de A Todo Pulmón.
El agua del fin de semana largo no pudo apagar el fuego que lleva consigo el maravilloso festival del sur provincial. Entre tantas reprogramaciones, el capítulo número tres (pensado para el lunes 8) se terminó desarrollando el martes y el cuarto que se habría realizado el pasado domingo, se trasladó una semana.
Ante la incertidumbre generada por las variantes de la grilla (a causa de precipitaciones), los medios regionales se encargaron de anunciar cambios y orientar a los fieles concurrentes. En consecuencia, miles de personas se acercaron al predio “8 de Febrero” con la intención de disfrutar números culturales.
Mediante danza y percusión se cortaron las cintas. La Escuela de Arte Folklórico, La Marrupeña, junto a bailarinas locales e instrumentos de golpes, otorgaron un excelente cuadro coreográfico sobre el escenario “Lalo Colomba”. La destreza de las danzarinas estuvo conectada a pleno con el ritmo de los percusionistas y esa majestuosa combinación culminó en palmas procedentes del escuadrón de reposeras.
Después el rock local tomó las riendas de la programación. Se escucharon a los chicos de “Vista Previa”, conjunto de amigos que reflejaron un formidable progreso musical. Cada año agrandan el listado de canciones, aquellas que adoptan el estilo juvenil de la banda. Sonaron bien y gustaron.
A continuación surgió “Generación Extrema”, el grupo más sobresaliente en el Pre-Selectivo del festival. En octubre obtuvieron el mayor puntaje del jurado, ahora alcanzaron grandes elogios.
Después una década volvieron a participar en ATP y esta vez con diez intérpretes en escena. Párrafo aparte para la diversidad de instrumentos. Un éxito, nada sencillo resulta converger distintos puntos de sonidos en una delgada y sutil línea que transita por múltiples oídos; ellos lo lograron.
Toda noche bajo el brillo de las estrellas luciría mejor con destellos románticos, pues Carlos Fraile con su generosidad se encargó de ello. El solista venadense entonó clásicas melodías latinas y con la elegancia de los lentos, anexó otro género en la amplia nómina rítmica 2016.
Previo al cierre, un artista llegó desde Máximo Paz y le cantó al pueblo. El folklorista Jorge Márquez enseñó que los magos podrían prescindir de galeras y maravillarnos con guitarras criollas; impresionante función. Por su talento y humildad, las personas le rindieron una colosal ovación al cantor. Promesas de regreso para el guitarrista que tiene una profunda admiración por Horacio Guaraní.
Con sus letras, trajes, ocurrencias y cantos los “Ladrones de Sonrisa” superaron las expectativas con creces. La murga actuó para dos tipos de públicos, porque algunos se dejaron llevar por el glamour, en el tenue humor, y otros se enfocaron en el contenido de sus canciones.
Desde el ángulo que se lo aprecie, el espectáculo fue de alta calidad; no habría un modo más exquisito que éste para acabar los feriados de carnaval. Entremezclados con gente alegre, los murgueros se llevaron aplausos y sonrisas, aunque dejaron sus huellas.
